Casi uno de cada tres votantes estadounidenses evita por razones personales, médicas o laborales, acudir a las urnas el día de la elección aprovechando las leyes que permiten los votos tempranos, ausentes o por correo en la mayoría de los 50 estados de la Unión Americana.
Las largas filas de votantes, una de las imágenes icónicas de la vida democrática, están dando paso cada vez más a un fenómeno cuasi invisible de votantes que llenan sus boletas en la comodidad de sus casas o centros de empleo, dentro del país o incluso en el extranjero.
Voto desde la comodidad de tu casa
Un total de 37 estados y el Distrito de Columbia permiten a sus residentes registrados para votar, emitir su sufragio antes del día de las elecciones, incluidos tres estados (Oregón, Washington y Colorado) que envían las boletas por correo a todos y cada uno de sus residentes.
Alrededor de cinco millones de personas han hecho uso del recurso del voto temprano en el actual ciclo electoral, aunque la cifra final se conocerá hasta que se contabilicen las boletas electorales el 8 de noviembre.
Un análisis de la Oficina del Censo confirma que se trata de una moda de popularidad creciente: la proporción de votantes que recurren al voto temprano pasó de 29.7% de la población en 2008 a 31.6% en 2012.
Pero las cifras deben verse con cuidado, porque los votos tempranos son un termómetro imperfecto del ánimo electoral. En 2008, Barack Obama perdió el voto temprano por 49% contra 32% en el estado de Florida, pero al final terminó ganando el estado y la Presidencia.
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