Desde 1920 el Sarape de Saltillo, Coahuila ha sido un regalo mexicano que reciben Papas y otras personalidades.
Dolores González primera propietaria del taller artesanal "El Sarape de Saltillo" inició la tradición regalando esta pieza al santo padre Pío Xi; de ahí a la fecha han pasado siete pontífices.
El Sarape, símbolo que distingue a la capital coahuilense, cambió los colores que semejan los atardeceres de Saltillo, por los de la santa sede y la bandera Argentina; nación, de donde es originario el Papa Francisco.
La pieza artesanal de 1.30 metros de ancho por 1.95 de largo, fue diseñada por la familia Mendoza Oyarzábal y confeccionada por el maestro tejedor Héctor Tamayo, en una urdimbre o base, de mil 10 hilos de algodón y terminado en lana natural con algunos motivos tintados.
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