Tour de France anticipa una reñida competencia

Deportes EFE Francia 01/07/2015 13:50

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La Tour de Francia de este año se parece a uno de los platillos tradicionales de la cocina mediterránea, la sopa de mariscos y pescado conocida como bullabesa, si se le quita un ingrediente no sabe igual.

La competencia que inicia el sábado tiene todos los elementos para convertirse en algo memorable. Una primera semana estresante llena de caminos traicioneros, una serie de imponentes montañas para escalar y cuatro aspirantes al título, la mayor cantidad en muchos años, que están en la mejor condición.

Esa es la receta para una apetitosa competencia que durará tres semanas.

"La forma en que la prueba está estructurada este año hace que se libre una batalla épica entre grandes rivales", dijo el campeón de la edición 2013, Chris Froome. "Probablemente se trate de la mayor batalla que hayamos visto en la Tour en años. Es muy emocionante".

El duelo entre Froome, el campeón defensor Vincenzo Nibali, el español Alberto Contador, ganador de dos ediciones, y el triunfador del Giro de Italia en 2014, el colombiano Nairo Quintana, anticipa que habrá emociones desde la primera etapa, una prueba individual contrarreloj de 14 kilómetros en la ciudad holandesa de Utrecht.

La competencia sigue una ruta contraria a las manecillas del reloj y cruza Bélgica, los sitios donde se libraron batallas en la I Guerra Mundial y luego se dirige a la región de Bretaña, donde el ciclismo es casi una religión.

La segunda parte de la prueba incluye tres días en los montes Pirineos y cuatro en los Alpes que culminan en la estación alpina Alpe d'Huez antes del recorrido ceremonial que antecede al sprint final en los Campos Elíseos de París.

Los organizadores redujeron drásticamente la distancia en las pruebas contrarreloj para asegurarse de que la competencia siga disputada hasta la parte final en los Alpes, donde se lleva a cabo la agotadora escalada a la estación alpina.

Hay una pequeña etapa contrarreloj para equipos en Bretaña al final de la primera fase, que dura nueve días. En esa parte, Nibali y compañía recorrerán caminos empedrados en el norte de Francia y deberán cuidarse de no tropezar con baches a su paso por la costa holandesa, barrida por vientos cruzados, además de negociar dos duras escaladas, el Mur de Huy y el Cote de Mur en Bretaña.

"La primera semana será verdaderamente crucial, los primeros nueve días hasta que lleguemos a las montañas en la décima etapa", dijo Froome. "Para mí es como si cada una de esas nueve etapas fuera una carrera en sí misma".

Sus rivales también lucen en gran forma, pese a que hay ciertas dudas en torno a Quintana.

Debido a la abundancia de subidas en la competencia, siete etapas de montaña, incluidas cinco metas en cumbres, se prevé que el especialista en escaladas destaque en la segunda parte al llegar a los Pirineos y los Alpes. Pero en los dos meses pasados sólo corrió cuatro días tras un largo periodo de entrenamiento en su Colombia natal.

Quintana, quien se dio a conocer en la Tour de 2013, cuando quedó en segunda posición detrás de Froome, dijo que prepararse en casa era la mejor opción para él.

"Las cosas son menos difíciles cuando estás con la familia. Tuve un mes confortable, entrené bien en buena temperatura, en altitud. Fue bueno para mí", dijo Quintana, quien comparte el liderato del equipo Movistar con el veterano español Alejandro Valverde.

Contador optó por una preparación completamente distinta en su intento de convertirse en el primer ciclista que gana el Giro de Italia y la Tour de Francia desde que el fallecido Marco Pantani lo hiciera en 1998. Luego de su triunfo en Italia y tras unos días de práctica en la altura, el líder del equipo Tinkoff-Saxo ganó recientemente la Ruta del sur, en la que venció a Quintana.

"La Ruta del Sur no cambia nada en relación a la Tour", dijo Contador. "Sería un error cambiar mi mentalidad en este momento y pensar que eso me dará más confianza".

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