Identifican nuevos sitios de filiación olmeca en Guerrero

Agencias México, DF 28-08-2014 16:29

Ello, tras hallar figurillas, cerámica, entre otros objetos.

El hallazgo de figurillas, hachas de piedra verde, jadeíta, cerámica blanca, cajetes y tecomates, localizadas en las costas Grande y Chica de Guerrero, confirma la presencia de olmecas en esa región del estado, donde especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han logrado identificar ocho nuevos sitios de esta ancestral cultura, que se suman a los 30 registrados en la entidad.

En el marco de la VI Mesa Redonda. El Conocimiento Antropológico e Histórico sobre Guerrero, que se lleva a cabo en Taxco, con la participación de investigadores de Guerrero, Morelos y el Distrito Federal, el arqueólogo Miguel Pérez Negrete, del INAH, informó que a partir del hallazgo de tales vestigios, cuyo número de piezas asciende a medio centenar durante la última década, también se han podido determinar las posibles rutas comerciales de esta civilización primigenia, que conectaban al Centro de México con el océano Pacífico.

El investigador, quien encabeza al equipo de especialistas que realiza el Atlas Arqueológico de Guerrero, informó que los nuevos puntos con presencia olmeca se localizan en las comunidades de San Marcos, San Luis Acatlán, Acapulco, Atoyac, Ometepec y Petatlán.

Al participar en la mesa de trabajo, La diversidad en las investigaciones arqueológicas, en la que expuso los avances de su estudio y su relación con las regiones vecinas, el especialista del Centro INAH Guerrero refirió que conforme aparecen nuevos datos se tiene un mejor panorama de cómo estaban organizados los pueblos con características olmecas.

“Sabemos que hubo una etapa Preolmeca (1300 a.C.-1100 a.C) que se desarrolló hacia la Costa del Golfo; posteriormente, en el periodo Apogeo Olmeca (1100 a.C.-900 a.C.) estaban presentes en la Costa del Golfo y en la Cuenca de México, en tanto que en el Epiolmeca (900 a.C.-600 a.C.) se irradió a gran parte de Mesoamérica”.

Los pueblos que se ubicaron en el territorio que hoy ocupan Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Tabasco y Guerrero, explicó Miguel Pérez Negrete, estaban integrados a rutas de comercio e intercambio de comunicación, “y el caso de este último (Guerrero) es importante porque es un área alejada de la parte nuclear de La Venta y de Tres Zapotes (Tabasco), lo que habla de una interacción macrorregional desde el Golfo hasta el Pacífico”.

El arqueólogo destacó que Guerrero “es como una cápsula del tiempo en la que también se conservan los rasgos de la religión olmeca, de tal forma que muchos de los rituales que aún se practican en el estado tienen ese origen, como los de culto al agua, al cerro, a las cuevas y al jaguar”.