No existen pruebas forenses genéticas que hayan sido realizadas por la Procuraduría al pitbull Max, ni al menor que atacó en Saltillo, o marcas en el cuerpo de Iker, como no existe pruebas ni fotos de sangre del niño en el hocico y cuerpo del perro, indicó este miércoles el actor y activista Raúl Juliá Levy.
El también filántropo señaló que pruebas veterinarias forenses en Estados Unidos, muestran que el can no cometió el crimen, y señaló que tras la muerte del menor de tres años, se está encubriendo un crimen espantoso, "estoy convencido de que la culpable del crimen es la madre y se le hizo muy fácil echarle la culpa al perro", destacó.
Por otra parte, Juliá Levy había informado el martes que Max fue víctima de crueldad animal durante 50 días en el Centro Antirrábico de Saltillo.
Asimismo señaló al director de dicho antirrábico como el responsable directo del maltrato a Max. Y añadió que la recuperación física del can será rápida, pero la psicológica será muy larga.
Raúl Juliá agregó que al pitbull se le practicaron exámenes de agresividad y dio negativo en todos.
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