En el patio de su edificio de apartamentos en la avenida Chapultepec, en la Ciudad de México, el arquitecto de 35 años de edad, Fernando de Madrid se asoma por encima de la barandilla y mira a los rascacielos de nueva construcción que sobresalen hacia la calle a pocas cuadras de distancia.
El tráfico de mediodía obstruye la avenida Chapultepec, una de las principales avenidas que atraviesa el centro de la Ciudad de México, y una ligera neblina se cierne sobre la periferia urbana.
Los habitantes de la zona rechazaron un plan para convertir el espacio entre los carriles en un parque de usos múltiples y un centro comercial, una versión mexicana del horizonte de la ciudad de Nueva York. Pero a pesar de los votos en contra del proyecto bautizado como "Shopultepec", Fernando de Madrid piensa que la ciudad se está pareciendo cada vez más a Nueva York.
La Torre Latinoamericana solía ser uno de los pocos rascacielos aquí, pero con el desarrollo económico que la ciudad ha tenido, ahora hay una gran cantidad de edificios que son más grandes.
A medida que la capital de México se despoja de su reputación de una ciudad sucia y peligrosa, está siendo reconocida como una metrópoli de clase mundial en términos de actividad económica, la arquitectura, la gastronomía y la cultura. Fue clasificada como la número uno de las ciudades a visitar en 2016 por The New York Times.
Las similitudes
La Ciudad de México y la de Nueva York son dos de los mayores centros urbanos de América del Norte. Cada una tiene un poco menos de nueve millones de habitantes dentro de sus límites y un adicional de diez millones de habitantes en la periferia.
La Capital mexicana ha construido nuevos parques y ha instroducido nuevos programas para alentar a los residentes a hacer más ejercicio. Mientras que Nueva York cuenta con el sistema Citi Bike caracterizado por el color azul, los chilangos usan la EcoBici de color rojo brillante.
¿Y las diferencias?
Sin embargo, la Ciudad de México enfrenta el problema de la contaminación, causado en parte por la falta de inversión en el transporte público. En la ciudad de los rascacielos, la mitad de todos los residentes no son propietarios de un coche. En tres de cada cuatro hogares de Manhattan no hay autos.
Todos los días se mueven cerca de diez millones de coches en las calles de la capital mexicana, y estos vehículos contribuyen en un 90% a los contaminantes que actualmente deterioran la calidad del aire.
Ante ello, se han introducido medidas de emergencia como el Hoy No Circula temporal y el Doble Hoy No Circula en caso de contingencia, pero en el largo plazo la urbe necesitará invertir más en el transporte público para convertirse en una ciudad más sostenible y menos contaminada.