En un espacio en el que la tinta dialoga con el tiempo y silencio, la pintura defiende su identidad, las texturas trazan el horizonte y la religión se mezcla con la violencia provocada por la guerra antidrogas, un grupo de jóvenes artistas inauguró el sábado pasado la exposición "Generación Esmeralda", en la Galería "Fifties".
Una de las piezas de esta muestra se llama "Vudú painting", de Mariana Velasco Romero, alumna de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado "La Esmeralda", quien con su obra quiere "exorcizar" el malestar que siente hacia las injusticias que ocurren en México.
"La abstracción viene del espíritu, es un diálogo franco con la pintura y con tu espíritu⬦ México es colorido pero no tenemos nada que celebrar, aunque celebremos mucho. Estoy viendo cómo se está cayendo de alguna manera mi país".
Katia Ramírez, cuya obra en general versa sobre el descubrimiento sexual en la infancia, explicó que su participación en esta exposición es para expresar su duelo por la pérdida de unos amigos. "Fue una manera de decirles adiós, de soltarlos. A veces la gente se va, tiene diferentes rutas en la vida, y nos separamos y yo busqué cómo llenar ese vacío por medio de la plástica".
Esteban Calderón, autor de la serie de grabados sobre tela denominada "Retablo o tejido social", dijo que su trabajo artístico aborda el tema de la violencia, mediante la recolección de imágenes cristianas del período novohispano para enlazarlas a elementos actuales.
"Por ejemplo, a veces, en vez de una palma, que significa martirio, pongo una macana o una pistola, un elemento contemporáneo de América Latina⬦ Coser, zurcir y recortar es como si tuviera una urdimbre gigante, que es la historia en la que estoy parado, los lugares que frecuento y trato de unirlos, un acto muy casero. Es una metáfora de coser el tejido social".