Aerolínea podría enfrentar reclamaciones ilimitadas

AP Estocolmo, Suecia 27-03-2015 14:01

Posible, compensación mayor, si se considera que la aerolínea es responsable.

Lufthansa podría enfrentar reclamaciones ilimitadas de indemnización por la destrucción del avión en que murieron 150 personas en los Alpes franceses, y será difícil, incluso contraproducente, que la aerolínea alemana trate de evitar la responsabilidad, dijeron expertos este viernes.

Según un tratado sobre víctimas de accidentes en vuelos internacionales, las aerolíneas deben indemnizar a los familiares de las víctimas por concepto de daños y perjuicios comprobables hasta un límite fijado actualmente en unos 157 mil dólares, independientemente de lo que causara el accidente.

Pero es posible una compensación mayor si se considera que la aerolínea es responsable.

"Por eso más o menos se tiene un daño financiero ilimitado", afirmó Marco Abate, un abogado alemán especializado en aviación.

Para evitar responsabilidad, la aerolínea debe demostrar que el accidente no se debió a "negligencia u otro acto indebido" de sus empleados, según el Artículo 21 de la Convención de Montreal de 1999.

Este sería un argumento difícil de sostener cuando un piloto estrella intencionalmente un avión contra una montaña, lo que Lufthansa quisiera evitar para no perjudicar más la aerolínea, dijo Abate.

Los investigadores dicen que el copiloto del vuelo 9525 de Germanwings se encerró en la cabina, dejando afuera al piloto, y estrelló el Airbus 320 en los Alpes. La aerolínea es filial de Lufthansa.

El director general de Lufthansa, Carsten Spohr, dijo el martes pasado que la aerolínea cumplirá "los acuerdos internacionales relativos a la responsabilidad" y señaló que ya ofreció ayuda financiera inmediata a todos los que la requirieran. No mencionó ninguna cifra.

La cantidad que termine pagando la aerolínea como indemnización dependerá de dónde se presenten las reclamaciones. Son muchas las opciones en este caso, un vuelo alemán en ruta de Barcelona a Dusseldorf, indicó el abogado holandés Sander de Lang.