Desaceleración económica de Brasil no detendrá programas sociales

Notimex São Paulo, Brasil 20-12-2014 13:21

Decenas de millones han salido de la pobreza gracias a la asistencia gubernamental.

La desaceleración económica de Brasil, que este año tendrá su menor crecimiento desde 2009, no supondrá un freno a los programas sociales que han sacado de la pobreza a decenas de millones de personas en poco más de una década, puesto que se retomarán con ímpetu en 2015.

Reelecta en octubre con un estrecho margen de 3.5 millones de votos, la presidenta Dilma Rousseff tendrá que negociar para armar una coalición sólida en su segundo mandato.

Pero no le faltarán apoyos para continuar con los dos programas sociales fundamentales: “Bolsa Familia” y “Mi Casa, Mi vida”.

Probablemente el programa de reducción de la miseria más ambicioso de las últimas dos décadas, el “Bolsa Familia”, es un subsidio directo de unos 60 dólares por familia que reciben actualmente en Brasil 14 millones de familias en situación de pobreza estructural.

Para percibirlo hay que demostrar que se carece de empleo y que se vacuna a los jóvenes de la familia, con el objetivo de reducir la mortandad infantil, además de asegurar que los jóvenes dependientes de entre seis y 17 años van a la escuela y asisten por lo menos al 85% de las horas lectivas.

En funcionamiento desde 2003, el “Bolsa Familia” supone un gasto anual de unos 10 mil millones de dólares, y el gobierno asegura que, entre 2002 y 2013, el país redujo en 82% el número de brasileños en situación de subalimentación, aunque no se ha ganado definitivamente la batalla a la miseria.

Más de siete millones de brasileños, principalmente jóvenes mulatos o negros y residentes en zonas rurales, todavía pasan hambre, mientras un cuarto de brasileños se encuentra en situación de inseguridad alimentaria, según un estudio oficial revelado en diciembre.

El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), organismo oficial que publica las estadísticas estatales, reveló que 7.2 millones de brasileños sufre una carencia alimenticia severa, mientras 52 millones tuvo algún tipo de falta alimenticia en 2013.

Otro de los programas más importantes es “Mi Casa, Mi Familia”, creado en 2009 y cuyo objetivo es facilitar el acceso a la vivienda a las familias de renta baja, probablemente sea uno de los que mayor impulso reciba en 2015.

Con un presupuesto anual de unos siete mil millones de dólares, se debe completar a principios de 2015 la segunda etapa del programa, que habrá construido 2.75 millones de vivienda sociales.

El gobierno estudia extender el programa a las poblaciones indígenas, con el objetivo de permitir la construcción y reformas de viviendas para este grupo en el marco de la tercera fase del programa, que en 2015 iniciará la construcción de tres millones de viviendas suplementarias.

En paralelo a todo esto, el gobierno brasileño promueve el reparto de renta por medio de un aumento continuado y anual del salario mínimo que, por lo general, está por encima de la inflación, que este año superará el 6.5%.

Asimismo, aumentó el gasto social para mejorar las condiciones de la salud y la educación públicas, en particular en las zonas más desfavorecidas.

Los resultados en este área son también notables: en 2004 apenas el 1.4% de los estudiantes universitarios procedía de las clases económicas más bajas, mientras que en 2013 ese porcentaje ya era del 7.2%.

La escolarización de la población de 25 años también creció, pasando de 6.4 a 7.7 años entre 2004 y 2013, respectivamente, con un incremento más elevado para las clases sociales englobadas en el 20% de los más pobres, según datos del IBGE.