La Comisión Disciplinaria de la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha castigado con seis años de inhabilitación a la joven ciclista belga Femke Van den Driessche, que utilizó una bicicleta motorizada durante el último Campeonato del Mundo Sub-23 de Ciclocross.
Según explicó la UCI a través de un comunicado, la sanción de Van den Driessche concluirá el 10 de octubre de 2021. Además, la ciclista deberá abonar una multa de 20.000 francos suizos (18.200 euros) y también deberá pagar los costos del proceso, al tiempo que se le han retirado sus títulos de campeona de Europa y de su país.
Cuando ocurrieron los hechos, Van den Driessche aseguró que la bicicleta no era suya. "Yo nunca haría trampa. No era mía, era de mi amigo y era idéntica a la que yo utilizo. Este amigo la usó y la dejó en el camión. Un mecánico, pensando que era mi bici, la limpió y la preparó para la carrera. Soy consciente de que tengo un gran problema. Yo no he hecho nada malo".
El comunicado oficial afirma que "Femke Van den Driessche ha cometido una violación del artículo 1.2.010 combinado con el artículo 12.013bis (fraude tecnológico) de los Reglamentos UCI".
Femke Van den Driessche, de 19 años, fue sometida a un control de sus bicicletas durante la disputa del título mundial sub-23 el pasado enero en Zolder-Heusden.
"La resonancia magnética a la que fue sometida su bici reveló la presencia de un motor eléctrico Vivax, activado mediante una batería escondida en la tija y que era controlado mediante un mecanismo Bluetooth instalado bajo el manillar", explicó la Comisión de Disciplina.
La UCI añade que el método de resonancia magnética empleado para detectar motores es "extremadamente efectivo" tanto para motores como para "otras formas de fraude tecnológico: motores, campos magnéticos y objetos escondidos en los cuadros o en los componentes".