Consternados jugadores y empleados de los Marlins de Miami escoltaron el miércoles una carroza fúnebre que trasladó los restos del pitcher José Fernández desde el estadio del equipo hasta su velorio.
El dueño de los Marlins, Jeffrey Loria, el manager Don Mattingly, el coach de bateo Barry Bonds y los jugadores del equipo, incluyendo su estrella Giancarlo Stanton, vistieron camisetas blancas con la imagen de Fernández y las letras "RIP" (Descansa en Paz) mientras caminaban lentamente alrededor de la carroza que salía del Marlins Park en el barrio Pequeña Habana de Miami.
Muchos en la multitud de unas mil personas coreaban "¡José, José!", y algunos ondeaban banderas cubanas en honor del popular lanzador cubano.
Cientos de fanáticos acudieron a la iglesia católica St. Brendan para el velorio. Muchos dijeron que no solo vinieron debido a la fama de Fernández como pelotero, sino también por ser considerado como una figura heroica para la comunidad cubana en Estados Unidos.
Dentro de la iglesia, los dolientes pasaban frente a un ataúd enmarcado con un arreglo floral en forma de las banderas de Estados Unidos y Cuba, con una enorme foto de Fernández colocada a un lado. Muchos tocaban levemente el féretro y se hacían la señal de la cruz.
La misa del funeral será el jueves a puerta cerrada para los familiares y miembros del equipo.