Coautor de la â¬Üdemocracia Corinthianaâ¬" que revolucionó Brasil, Sócrates también encabezó a una de las selecciones verdeamarelas que pasó a la historia no por ser campeona, sino por ser causante de un gran sufrimiento en su paÃs tras ser eliminada en el Mundial de España 1982.
Este 4 de diciembre se cumplieron 4 años de la muerte de uno de los más grandes Ãdolos brasileños, un rey sin corona mundial, pero sà con la admiración de cualquier rival que le enfrentó, o que le vio en México 86 con la banda en su cabeza que rezaba "México sigue en pie" (tras el terremoto de 1985).
Su cabeza fue la que tenÃa el mejor toque -con el perdón de su â¬Ütaquitoâ¬"-. La usaba para marcar goles dentro y fuera del campo, como cuando saltó con el mensaje "Gente necesita justicia", y lo acompañó con acciones en aquel Corinthians de 1980, cuando toda decisión en el club era tomada por la mayorÃa y tras votación.
Alineaciones, contrataciones, despidos⬦ todo era votado, y la elección de la mayorÃa era la que reinaba dentro del equipo; incluso, de esa forma, con la democracia, se decidÃa si el camión se detenÃa o no para que algún futbolista hiciera del baño. En aquel mÃtico conjunto contaba lo mismo la voz del utilero que la del más alto directivo.
El Corinthians regresó a los primeros planos de Brasil bajo esta norma, y no solo en el ámbito deportivo (ganó el Campeonato Paulista en 1982 y 1983). Hay quienes indican que el â¬ÜTimaoâ¬" fue el que dio un gran paso para acabar con la dictadura militar de João Baptista de Oliveira Figueiredo, cuya polÃtica no permitÃa el voto de la ciudadanÃa.
Lejos de los goles de Pelé y Romario, o de los regates de Ronaldo y Rivelino, Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza de Oliveira no fue campeón del mundo, y tampoco requirió del trofeo Jules Rimet para ser Ãdolo del â¬Üpovo' (pueblo)... asà como uno de los seis deportistas más inteligentes de la historia para el diario británico The Guardian.
El médico, que se autodenominó el anti atleta (porque era anormal verlo sin cigarro o cerveza), murió a los 57 años vÃctima de estos 'demonios', no sin antes ayudar a Lula Da Silva en el camino hacia la presidencia de Brasil, y rehusarse a ser polÃtico⬦ pero dando cátedra de lo mismo.