Las bajas temperaturas, por las que actualmente atraviesa Rusia, llevaron a un joven ciudadano de Moscú a realizar un experimento que se ha vuelto una verdadera sensación de internet tras evidenciar que el agua se convierte en nieve en tan sólo unos segundos.
A un siglo de distancia, la temperatura en la capital rusa registró los 30 grados bajo cero, índice histórico porque no se había presentado un clima así desde 1891.
En el experimento, un joven sostiene un vaso de agua hirviendo, lanza el líquido al vacío e inmediatamente se transforma en hielo al entrar en contacto con el aire cuya temperatura era de 27 grados bajo cero.
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