¿Saber nos hace felices?

Buscamos la felicidad en todos lados, todo el tiempo, tal como si fuese un objeto mítico bajo el arco iris, o como si la hubiésemos perdido cual llaves en las mañanas, ávidos por encontrarla â¬por no decir frustradosâ¬; creemos que la felicidad es el placer de los anhelos logrados, cosas materiales, encontrar un gran amor y todo el dinero del mundo; pero, ¿no habrá una ruta más fácil para alcanzarla?

Tenemos una buena noticia â¬aunque no lo creas⬠tienes realmente la felicidad en la mano: ¡saber te hace más feliz!

¿Qué hace a las personas felices?

De acuerdo con un estudio de la Universidad de Palermo al preguntarle a la gente: ¿Cuál es la principal razón por la que usted es feliz? La mayoría respondió: por mi familia, buena salud, tengo trabajo, por mis hijos, tengo todo lo que quiero, me siento bien conmigo mismo, tengo un buen matrimonio, estoy bien económicamente; nadie en lo anterior mencionó: porque me gusta descubrir cosas nuevas, me gusta leer, me gusta aprender, me gusta saber cosas. 

Saber es igual a supervivencia, se han de tener más conocimientos para adquirir más seguridad sobre lo que nos rodea y por tanto, a mayor control e identidad mayor es la felicidad. Nos gusta incluso ,el saber que sabemos,  o la ilusión de saber más que los demás. Según los filósofos clásicos griegos el conocimiento es una virtud que aporta felicidad al ser humano, sugieren que la felicidad es algo más que tener una vida llena de lujos y bolsillos repletos de dinero, la felicidad es un estado más íntimo del hombre que tiene que ver con la realización de su espíritu y de su intelecto. Suena profundo, ¿no? 

A ello también podemos sumar una perspectiva biológica:

Cuando aprendemos algo nuevo, se desprende dopamina en el cerebro â¬el neurotransmisor del placerâ¬, entre sus funciones está la actividad motora, la motivación, la creación de recuerdos, la recompensa, el humor, el sueño y el aprendizaje. Cual droga adictiva, cuando uno aprende algo se libera este neurotransmisor, manteniendo al cerebro en éxtasis. La dopamina es la señal universal en el cerebro para el placer.

Una vez que el cerebro ha conocido el efecto placentero de la dopamina, se predispone y exige recibirla de nuevo, incitando al organismo a repetir la acción que le provocó dicho placer. Estudios de psiquiatría biológica nos muestran que la dopamina está conectada directamente con los procesos cognitivos, los seres humanos gozamos cuando adquirimos nueva información, nos sentimos desafiados cuando de aprender se trata. Conocer lo desconocido estimula al cerebro porque las recompensas inesperadas liberan dopamina y facilitan el proceso de aprendizaje.

 

Es por ello que los retos mentales, acertijos, crucigramas, los videojuegos y hasta aprender a tocar un instrumento musical o aprender un idioma nos hace felices pues nos lleva a una descarga de dopamina que nos satisface.

¿Por qué nos encanta ver películas, leer libros o escuchar historias?

Los productos narrativos están basados en la recompensa emocional que ofrece el cerebro al que los consume, conocer nuevas historias nos da placer desde tiempos inmemorables. 

El saber nos ha traído recompensas desde pequeños, ya recordamos los sellos de: "buen trabajo" con la abejita feliz y "felicidades" en las tareas de kínder o las tan entrañables estrellitas en la frente. Saber es un deleite, queremos saberlo todo para compartirlo a los demás y sonreír cuando admiren nuestro conocimiento, es nuestra naturaleza; de hecho se piensa que los niños viven en mayores niveles de felicidad que los adultos pues justo se encuentran en la etapa de descubrir lo que los rodea.

Otras cosas que te hacen feliz 

 

 

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