Regalar un corazón va más allá de escribirlo en una carta o cualquier objeto simbólico, Michael Biggs y su esposa Leah lo saben, pues gracias a un valiente donador ambos tuvieron cinco años más juntos.
Dentro de esos cinco años, Leah y Michael trajeron al mundo a la pequeña Aria. Algo casi imposible para ellos, pues ella estaba consciente de que no podría tener hijos por la debilidad de su corazón.
Durante el embarazo, Leah cayó enferma y lamentablemente falleció a los 27 años de edad en noviembre del año pasado a tan sólo 19 días de haber dado a luz a Aria.
"Aria es una prueba de la diferencia que una donación de órganos puede hacer". Michael Biggs
El padre, quien conoció a Leah a los 17 años en España, está agradecido con aquel donador que le permitió a su esposa dejar un legado: su hija de tres meses de edad. Por ello, apoya la campaña de Vida que invita a todos a donar sus órganos tras su deceso.
Leah era una del puñado de personas en el mundo que sufren una anomalía congénita en la que el lado izquierdo de su corazón se agranda y se esfuerza para bombear la sangre.