La cárcel sí es el infierno en la Tierra; Filipinas lo demuestra

Foto: AFP

La prisión de Quezon City se sitúa en la capital de Filipinas y tiene una capacidad para recibir a 800 reclusos, sin embargo, desde la llegada de Rodrigo Duterte a la presidencia de la nación asiática, la infraestructura ha tenido que albergar a tres mil 800 personas.

Duterte le declaró la guerra al narcotráfico de manera implacable, lo que ocasión el aumento del 300% en las cárceles. Incluso, ha sido acusado por organizaciones de derechos humanos que lo responsabilizan de cientos de muertes y detenciones por alcanzar su objetivo.

Como es de esperarse, la vida en los reclusorios no es vida, pues los internos no pueden moverse un poco sin que tengan contacto con un compañero y no hay intimidad ni para ir al baño pues uno sólo puede ser usado por 130 presos.

Cada rincón es como un tesoro para descansar el cuerpo, no importa donde sea, todos los lugares son ocupados por más de uno.

En países como El Salvador, Bolivia o Venezuela se vive también este problema; México no está fuera de la lista. 

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