Una explosión de juegos pirotécnicos marcó el inicio del Año Nuevo en Londres, donde sitios emblemáticos como el Big Ben y el London Eye fueron iluminados de azul, mientras la policía resguardaba la seguridad a orillas del río Támesis.
Miles de uniformados vigilaron el orden en las inmediaciones del Támesis, cuyas riberas fueron acordonados para sólo permitir el paso de las personas que mostraran boletos de acceso, que tuvieron un costo de 15 dólares.
El London Eye y la Torre The Shard, la más alta de Europa, fueron iluminadas de azul para crear conciencia y recaudar fondos en favor de los niños afectados por el conflicto armado en Siria.
Mientras que en redes sociales y la televisión británica, el UNICEF pidió una aportación de tres libras, cifra que será duplicada por el gobierno británico.