Durante un vuelo que provenía de Londres, Inglaterra, para aterrizar en Cork, Irlanda, el piloto fue forzado en abortar el aterrizaje ya que lo estaba llevando a cabo
La aeronave ya había tocado tierra, cuando los vientos registrados en la región hicieron que fuera imposible el aterrizaje, por lo que realizó la difícil maniobra de "motor y al aire".