Las últimas cartas del Che

El Che Guevara escribió varias cartas de despedida al terminar la Revolución cubana. Foto: Uno TV

Se cumplen 50 años del asesinato del ícono global de la revolución: Ernesto Guevara, el Che.

Tras dejar la larga lucha por la Revolución cubana, antes de partir a Bolivia y durante su último viaje, el comandante escribió varias cartas de despedida, entre las más emblemáticas están:

1.    La carta a sus hijos, 1965

A mis hijos

Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:

Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes.

Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada. Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.

Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.

Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de

Papá

2.    La carta a Aleida March (su esposa), 1966

"[&] Te podría decir que te extraño hasta el punto de perder el sueño, pero sé que no me creerías de manera que me abstengo.

En Navidad y Año Nuevo, sobre todo, no sabes cómo extraño tus lágrimas rituales, bajo un cielo de estrellas nuevas que me recordaba lo poco que le he sacado a la vida en el orden personal [&].

De mi vida aquí poco se puede decir, el trabajo me gusta pero es excluyente y a veces un poco cansador. Estudio cuando me queda tiempo y sueño en algunos instantes; juego ajedrez, sin contrincantes de categoría y camino bastante [&]

[&] recibe el beso preñado de suspiros y otras congojas de tu pobre y pelado
marido."

3.    La carta a Fidel Castro, 1965

"Fidel:

[&] Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.
Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.

Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti [&] He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo [&]

Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.

Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos& y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo [&]
 
[&] te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos.

Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas.

Hasta la victoria siempre,

¡Patria o muerte!

Te abraza con todo fervor revolucionario

Che

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