Al abandonar la Casa Blanca, Barack y Michelle Obama dejan atrás cientos de recuerdos, como la niñez de sus hijas que transcurrió en estos ochos años.
La pareja presidencial colocó en los jardines de la Casa Blanca un "castillo", es decir un juego de columpios para que las pequeñas se divirtieran y ahora que Malia y Sasha ya crecieron y que la residencia oficial será ocupada por otras personas, los Obama decidieron donar estos columpios.
La decisión de donarlos a una casa de niños sin hogar se dio luego de que Trump no quiso conservarlos para su hijo Barron.
Los Obama visitaron el refugio Jobs Have Priority Naylor Road Program de Washington, donde jugaron con los pequeños que disfrutarán algo que a Malia y Sasha las hizo muy felices.
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