El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dio un giro en su política económica al anunciar una devaluación y el alza de precios de la gasolina, en momentos en que el país vive una profunda crisis que se expresa lo mismo en la electricidad que en la salud.
La crisis económica, marcada por la escasez y la especulación comercial, la carencia, el mercado negro de divisas y situaciones de emergencia en muchos sectores, se ha agudizado en los últimos meses ante la caída en el precio del petróleo. La cotización del barril de crudo se desplomó en dos años, de casi 100 dólares a 24 por barril, su nivel más bajo en 12 años.
La situación de la economía venezolana se suma a la confrontación entre el Ejecutivo, en manos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y el Legislativo, donde tiene amplia mayoría la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que busca ahora la salida del presidente Maduro.
El miércoles, Maduro anunció seis líneas de acción que incluyen la primera alza del precios de la gasolina en 20 años, para cubrir los costos de producción y garantizar el funcionamiento de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), así como financiar los programas sociales o "misiones" de su gobierno.
Otras medidas abarcan desde modificaciones en los servicios alimentarios y distributivos, hasta nuevos sistemas de fijación de precios y en materia tributaria, y formuló nuevos planes de inversión para crear fuentes de empleo, y un aumento de 20% a los salarios mínimos. También anunció un nuevo sistema para la creación, captación e inversión de divisas, según el cual, a partir de este jueves, la banda del sistema protegido pasará de 6.30 a 10 bolívares por dólar en áreas prioritarias para la nación.