La historia de Bryyan Jackson con su padre es de esas únicas y extrañas, de las que uno no entiende hasta dónde puede llegar la maldad de las personas.
Resulta que cuando Jackson era un bebé, su progenitor, Bryan Stewart, lo inyectó con sangre infectada de VIH.
¿Por qué lo hizo?
Stewart era médico militar cuando conoció a su esposa, se casaron y todo iba de maravilla, hasta que regreso de la Guerra del Golfo. Fue entonces que desconoció a Jackson y pidió pruebas de paternidad; además, maltrataba a su esposa.
Tras conseguir trabajo en un laboratorio, Stewart robó muestras de la sangre infectada para posteriormente inyectar a Bryyan, a fin de provocarle dolor a su mujer y evitar pagar su manutención.
Ahora, 24 años después el joven busca que se haga justicia, la cual parece que sí le llegará, pues la Oficina de Cárceles de Misuri le informó que se le negó la libertad bajo palabra a su padre por otros cinco años. Sin embargo, eso no podrá regresarle la salud y todos los malos tratos que recibió de las personas cuando era pequeño.
Para sorpresa de los médicos, el joven de 24 años ha logrado sobrevivir e incluso su conteo de células T es superior al promedio, lo cual significa que prácticamente no hay posibilidad de que transmita el virus.
Actualmente, Bryyan busca ser padre, para enseñarles a sus hijos a que de las cosas malas, pueden surgir muchas grandes.
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