¡No más violencia, no más terrorismo, no más persecuciones. Cesen inmediatamente las hostilidades y el tráfico de armas!", clamaron este sábado el Papa Francisco y los asistentes al Sínodo de Obispos en el Vaticano.
Al referirse a la situación en Medio Oriente y otros lugares de conflicto, los 270 "padres" asistentes a la cumbre de obispos, lamentaron que las familias en aquellas zonas del mundo han tenido que hacer cuentas con "sanguinarios conflictos" y "violencias inauditas".
La declaración, votada por unanimidad en el Sínodo, que concluye este domingo, denunció el uso de armas de destrucción masiva, asesinatos indiscriminados, decapitaciones, secuestros, la trata de mujeres, el reclutamiento de niños, persecuciones por motivo del credo y de la etnia y la devastación de los lugares de culto.
Lamentó que todas esas atrocidades han obligado miles de familias a huir de las propias casas y a buscar refugios en otros lugares, a menudo en condiciones de extrema precariedad. Por eso hizo un llamado a la comunidad internacional para que, "dejados de lado los intereses particulares", busque soluciones confiando en los instrumentos de la diplomacia, el diálogo y el derecho internacional.