La recepción de un trasplante de riñón por un paciente canadiense que esperó apenas tres días en China causó una alarma inmediata entre cirujanos de la Sociedad de Trasplantes en Montreal:
Un proceso tan rápido usualmente indica que el órgano probablemente provino de un recluso ejecutado.
China en duda
El caso aumenta las dudas entre muchos médicos sobre si China ha cumplido su promesa de cesar el uso de órganos de prisioneros ejecutados.
La práctica es ampliamente condenada por la Organización Mundial de Salud
China trató de usar la decisión de la Sociedad de Trasplantes de realizar su reunión anual en Hong Kong este mes como validación de su programa de trasplantes. Pero el doctor Philip O'Connell, presidente de la sociedad, rechazó esa interpretación, aunque parece que algunas reformas habían sido exitosas.
"No va a pasar de un sistema que usaba órganos de prisioneros ejecutados a un sistema que es completamente abierto, transparente y ético". Philip O'Connell. Doctor.