Pide Papa Francisco a gays confesarse y rezar

Habla de ese y otros temas en el libro "El nombre de Dios es misericordia". Foto: AFP

En su primer libro entrevista, el Papa Francisco pidió a los homosexuales confesarse y rezar, contó experiencias personales con divorciados vueltos a casar y prostitutas, además de condenar la corrupción.

"El nombre de Dios es misericordia" es el título de una conversación entre el Papa y el periodista italiano Andrea Tornielli, que sale a la venta esta semana en más de 100 países y cuyo contenido fue anticipado este día.

"Yo prefiero que las personas homosexuales vengan a confesarse, que se queden cercanas al señor, que podamos rezar juntos. Les puedes aconsejar a ellos la oración, la buena voluntad, indicar el camino, acompañarlas", dijo el Papa.

Además explicó el sentido de su famosa y polémica frase "¿Quién soy yo para juzgar?", que usó para referirse a los gays en el vuelo de Río de Janeiro a Roma en julio de 2013, al final de su visita apostólica a Brasil. Aseguró que a él le gusta usar el término "personas homosexuales" porque primero está la persona, en su integralidad y dignidad, y ella no es definida solamente por su tendencia sexual.

Reseñó su encuentro en un santuario con una muchacha la cual había ido agradecer a la Virgen el haber encontrado una salida a la prostitución que ejercía. Explicó que ella era la más grande de sus hermanos, no tenía papá y para ayudar a mantener a la familia se prostituía, porque no había otro trabajo en su pueblo.

"Me contó que un día al prostíbulo llegó un hombre. Se encontraba ahí por trabajo, venía de una gran ciudad. Se gustaron y al final él le propuso seguirla. Por mucho tiempo ella le había pedido a la Virgen conseguir un trabajo que le permitiese cambiar de vida. Estaba muy feliz de poder dejar de hacer lo que hacía", señaló el pontífice.

Hacia el final del libro, Francisco habló de la corrupción y de la dificultad de dejar ese "estado de pecado".

"La corrupción hace perder el pudor que custodia la verdad, la bondad, la belleza. El corrupto a menudo no se da cuenta de su estado, como quien tiene mal aliento y no se da cuenta. Y no es fácil para el corrupto salir de esta condición por un remordimiento interior", dijo Francisco.

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