Durante años, Nueva York ha tratado de resolver uno de sus problemas más persistentes y visibles: Decenas de miles de personas sin hogar atestando refugios en la noche mientras otros miles acampan a la intemperie en banquetas y estaciones de autobús.
El alcalde Bill de Blasio preguntó en voz alta si el problema de la indigencia puede solucionarse, al mismo tiempo que presentaba una nueva propuesta con un objetivo decididamente modesto.
- Su plan de 300 millones de dólares abriría 90 nuevos refugios en cinco años y al final reduciría la población de desamparados en dos mil 500, apenas el 4%.
"Hoy en día no puedo vislumbrar un fin" a la indigencia, dijo esta semana. "Pero lo que sí creo es que podemos hacerlo mejor".
El más reciente plan del alcalde demócrata no es tanto vaciar los refugios sino mejorar las condiciones para las más de 60 mil personas que no tienen hogar en la ciudad, y algunos defensores de este grupo poblacional le dan a De Blasio el crédito por tener un enfoque que consideran realista.
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