Sin importarle arriesgar el físico, un trabajador de una joyería en China sometió a un asaltante que iba armado con un hacha.
Mientras el ladrón rompía los vidrios de las vitrinas y sacaba las joyas, el hombre llegó por atrás y consiguió nulificar al ratero, que pagó caro su intento de hurto pues fue detenido por la policía.
Posteriormente se comprobó que el asaltante había consumido drogas.