Rusia advirtió que los ataques con misiles de Estados Unidos contra una base aérea siria podrían tener consecuencias "extremadamente graves", confirmando que la primera gran intervención del presidente Donald Trump en un conflicto internacional abrió una pugna entre Moscú y Washington.
El Ejército de Estados Unidos lanzó decenas de misiles crucero Tomahawk desde los barcos USS Porter y USS Ross en el Mar Mediterráneo, golpeando la pista de aterrizaje, los aviones y estaciones de combustible de la base aérea de Shayrat, que, según el Pentágono, era usada para almacenar armas químicas.
Los bombardeos estadounidenses fueron ordenados como reacción a lo que Washington calificó como un ataque con armas químicas por parte del Gobierno de Bashar al-Assad en el que murieron al menos 70 personas en territorio bajo control de los rebeldes.
La acción situó a Washington en un rumbo de confrontación con Moscú, que tiene asesores militares sobre el terreno ayudando a su aliado Assad.
"Condenamos con fuerza las acciones ilegítimas de Estados Unidos. Las consecuencias de esto para la estabilidad regional e internacional podrían ser extremadamente graves". Vladimir Safronkov, número dos de Rusia ante la ONU
La presencia rusa en la base aérea de Shayrat
Las imágenes de satélite sugieren que la base alberga a fuerzas especiales y helicópteros militares rusos, parte de la ayuda que presta el Kremlin a Damasco en su combate contra Estado Islámico y otros grupos militantes.
Trump ha abogado con frecuencia por la mejora de los lazos con Rusia, que se tensaron en tiempos de Obama por los conflictos en Siria y sobre todo de Ucrania, pero el mandatario estadounidense dijo que había que actuar contra Assad.
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