Un bombardero Su-24 ruso fue derribado por un misil aire-aire lanzado desde un avión turco F-16 cuando la aeronave se encontraba en el espacio aéreo sirio, a cuatro kilómetros de la frontera de Turquía.
Los dos pilotos de la aeronave lograron catapultarse, pero uno de ellos murió tras ser atacado en el momento de aterrizar, informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
En sus primeras declaraciones tras ser rescatado, el piloto aseguró que el caza no entró "ni un segundo" en el espacio aéreo turco y tampoco recibieron un tipo de señal de advertencia, ni visual ni por radio, antes del ataque. Se reveló que Turquía sí solicitó que cambiaran de rumbo.