Rondan la comida y las flores en busca de alimento. Sus aguijones, zumbido y la posibilidad de una picadura generan temor en cientos de personas, sin embargo, la presencia de las abejas es fundamental para la supervivencia del ser humano.
Estos diminutos insectos juegan un papel clave en el ecosistema pues se encargan del 80% de la polinización, son productores de miel y sus derivados tienen propiedades medicinales.
Lamentablemente no todo es miel, investigadores alertan sobre una considerable reducción en sus poblaciones, que de empeorar, se convertirá en un riesgo para las personas.
El fenómeno de la desaparición es conocido como Desorden del Colapso de la Colmena (DCC) y provoca una disminución de entre el 30% y el 60%. Su pérdida genera cambios en la cadena alimenticia pues de ellas depende la cantidad y la calidad de las cosechas.
Los apicultores en la Ciudad de México han identificado diversos factores causantes como la contaminación, la tala inmoderada, la utilización de pesticidas y fungicidas en los sembradíos, los monocultivos y la introducción de diversos patógenos al país que repercuten directamente en las abejas.
¿Qué hacer para combatir su desaparición?
En los apiarios se busca contener el fenómeno mediante la crianza de reinas y la introducción de nuevos núcleos.
Una de las propuestas más novedosas es la adopción de colmenas de abejas pues una sola puede dar vida a medio millón de estos insectos. Para ello se recomienda acudir a los espacios destinados a su cuidado y desarrollo.
"Hacer convivir a la abeja con el ser humano, va a generar más beneficios que perjuicios". Jaime Soto, apicultor
Investigadores, apicultores y organizaciones independientes también sugieren a los habitantes de la ciudad sembrar en sus casas árboles frutales y plantas néctar poliníferas.
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