Arte carcelario, moda desde la prisión

Ocho internos forman el equipo de tatuadores del Anexo norte de la CDMX. FOTO: Jessica Moguel.

Hace más de dos años y medio, Jorge Cueto enfrentó un proceso penal que lo llevó a estar tras las rejas durante 11 meses, y aunque fue absuelto del delito que se le imputaba, del trago amargo surgió la idea de crear la asociación civil "Arte Carcelario", mejor conocida como "Prison Art".

"Nosotros vimos que les gustaba hacer. Descubrimos que muchos de los chavos están tatuados y aparte les gusta tatuar, entonces decidimos desarrollar el proyecto en base al tatuaje", explica Jorge. 

La iniciativa capacita a más de 200 internos de distintos penales de la República Mexicana con la intención de que aprendan un oficio que les ofrezca un trabajo, y al salir de la cárcel,  la oportunidad de reinsertarse en la sociedad. 

Se trata de realizar tatuajes en cuero, los cuales, más tarde,  se transforman en bolsas, carteras, monederos, chamarras, mochilas, etc.; también se realizan otros trabajos como el de costura y  cada producto involucra a seis internos. 

  • De esta forma fue como se conocieron Jorge y Edgar, quien espera la resolución de un amparo para conseguir su libertad, después de cuatro años en prisión.

Desde hace cinco meses, Edgar trabaja como tatuador dentro del Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Norte de la CDMX (Anexo). Su herramienta principal de trabajo es una máquina casera fabricada con partes de un motor de DVD, una pluma, una cuchara, un botón, una aguja e hilo. Lo demás sale de la creatividad o inspiración que tengan en ese momento. 

Los productos "Prison Art" están a la venta en cinco tiendas distribuidas en la Ciudad de México, Guanajuato y Quintana Roo.

En la Ciudad de México las tiendas se localizan en "Downtown México", ubicado en la delegación Cuauhtémoc, y en la avenida Presidente Masaryk, de la delegación Miguel Hidalgo. 

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