"Yo no quiero dejar problemas ya, no quiero dejarle problemas a mis hijas". Guadalupe García
El esposo de la señora Guadalupe falleció hace 20 años, con cinco pequeñas que mantener, su economía no le permitió poner en regla la propiedad que entre los dos construyeron.
Hace tres años, con ayuda de todas sus hijas inició el proceso para escriturar la propiedad a su nombre y el camino que tomaron fue llevar por su cuenta el caso ante un juez. Cada una de las integrantes de la familia Quiñones García tenía como objetivo ceder su parte correspondiente de la herencia a su mamá, sin embargo la resolución no giró a su favor. Lo que con la ayuda de un notario habría tenido un costo aproximado de $25 mil pesos y se habría resuelto en un año, a esta familia le costó el doble y le tomó casi 4 años.
En México existen miles de casos como este, a falta de testamentos e información, a los herederos les resulta larga, cara y tediosa la repartición de los bienes.
Sin embargo, los procesos serían más sencillos si se tiene en cuenta lo siguiente:
- Dejar un testamento ante un notario es la mejor opción. Se establece qué persona hereda qué, la repartición toma aproximadamente un mes y medio, el costo ronda entre el 5% y el 7% del valor total de los bienes heredados.
- Cuando no existe un testamento el caso se lleva a juicio, es importante contar con la asesoría de un notario y existen dos caminos:
- Si los familiares llegan a un acuerdo la sucesión tomará alrededor de tres meses y el costo será de entre el 5% y el 7% del valor total de los bienes heredados.
- Si los familiares no llegan a un acuerdo la sucesión puede alargarse hasta por 5 años y los recursos correspondientes a la herencia pueden agotarse durante el proceso.
- La asesoría de los notarios es gratuita.
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