De "fierroviejero", sólo se sobrevive. ¡Entrevistamos a uno!

Su herramienta de trabajo: una camioneta vieja que le sirve para trasladar la mercancía.

Este señor es Marco Antonio Terrón Aguilar y es "fierroviejero" (así se les conoce a quienes compran y venden fierro viejo para "ganarse el pan de cada día").

Regularmente, trabaja de lunes a viernes jornadas de 10 horas, más o menos⬦

Para desempeñar su trabajo, además de una camioneta, algo gastada por el uso rudo, utiliza guantes para evitar cortaduras y zapatos con casquillo que le sirven para protegerse en caso de que le caigan encima objetos pesados que recolecta, como refrigeradores o estufas.

A su labor le hace falta reconocimiento, pues, considera, es de gran importancia para la Ciudad de México.

"Que nos dieran apoyo financiero, porque es una labor que no cualquiera hace".

A Marco Antonio Terrón se le preguntó cómo iba el negocio, que si se podía vivir bien de él.

"No, yo creo que para sobrevivir... Antes no había muchos fierreros y nos iba un poco mejor; ahora ya hay muchos".

¿Y en qué consiste la chamba?

"Recolectamos lo que nos sale y lo echamos al depósito; cuando las cosas todavía funcionan, vamos con los técnicos que arreglan lavadoras, refrigeradores, etcétera".

Los que sí le ganan al negocio, son ellos, los que reparan los enseres domésticos.

Don Marco Antonio no es cualquier "fierroviejero". Se ha convertido indirectamente en una celebridad, pues es el responsable de la popular grabación del "fierro viejo", aquella que dice: "se compran colchones, tambores, refrigeradores⬦ o algo de fierro viejo que vendan", y cuya hija, María del Mar Terrón, es la dueña de la conocida voz.

Aunque se siente orgulloso de hacer esta chamba, apuesta por la educación, toda vez que preferiría, y así de franco lo dice, que su nieta, una menor de cinco años, le echara ganas a la escuela porque dice, convencido, que la vida del fierroviejero es muy, pero muy difícil.

¡Conoce a María del Mar Terrón, la voz del "fierro viejo!

 

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