El Muertho de Tijuana, música desde el inframundo

En 2015 publicó su primer disco. Foto: Landybel Pérez

Jesús sentía que era un cero a la izquierda: había fracasado en su trabajo, en su intento de ser futbolista profesional, en sus relaciones y en la búsqueda de Dios. Se sentía acomplejado por su apariencia física, no tenía un peso en la bolsa y estaba a punto del suicidio. 

  • Pero antes de tomar la decisión apostó su última carta, tomó su teclado, se pintó la cara al estilo de Kiss, una de sus bandas favoritas, y montó un escenario improvisado en un tianguis de Tijuana. Ahí tocó por primera vez las únicas tres canciones de su autoría.

Sus letras bizarras y su excéntrica presencia hicieron que la gente que pasaba por el lugar se detuviera a escucharlo y dejarle algunas monedas. Era la primera vez que se sentía valorado. Jesús dejó de existir para convertirse en el Muertho de Tijuana. 

Entre las personas que cada día transitaban por su puesto hubo quien vio potencial en su música, mezcla de rock pop, rock pesado, música electrónica y una que otra ranchera. Sus letras cargadas de críticas a la sociedad pero también de humor y, sobre todo, de honestidad han llegado hasta los bares y fiestas más fresas y underground de la Ciudad de México, donde actualmente reside.

Aún cuando más de una persona lo reconoce y le pide autógrafos en la calle, el intérprete de "Malandro" y "Viejo decrépito" nunca se muestra arrogante, de hecho parece que no se ha dado cuenta del fenómeno viral en el que se ha convertido desde el lanzamiento de su primer disco en 2015. Actualmente, el Muertho de Tijuana se encuentra trabajando en una trilogía musical que espera lanzar a finales de este año.

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