Darte una ducha es parte de tu rutina diaria, sin embargo puede ser que no conozcas los beneficios que tienes al hacerlo con agua fría o caliente.
Es por eso que hoy te explicamos cómo pueden ayudarte y dependiendo de tus necesidades, decidas qué tipo de baño tomar:
CON AGUA FRIA
- Mejora el cabello e hidrata la piel seca.
- Estar bajo el agua fría en los últimos cinco minutos de tu ducha, te ayudará a quitar la fatiga y aumentar el estado de alerta mental.
- Dos o tres baños de agua fría a la semana ayuda como tratamiento para la depresión.
- Mejora la salud reproductiva en los hombres, pues estimulan la liberación de testosterona que ayuda a aumentar la libido.
- Estimula el sistema linfático y el sistema inmunológico, lo que ayuda a impulsar la producción de células que combaten la infección aumentando la inmunidad.
CON AGUA CALIENTE
- Pueden aliviar la tensión y relajar los músculos rígidos.
- Aumenta los niveles de oxitocina y reduce la ansiedad. Ideal si tu día a día es estresante.
- Es un descongestionante natural para aliviar los síntomas del resfriado, pues el vapor caliente hidrata los conductos nasales.
- Ayudan a limpiar el cuerpo, ya que las altas temperaturas matan los gérmenes a los nos exponemos diariamente.
- Reducen los niveles de azúcar en el cuerpo haciéndolos ideales para los diabéticos.
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