Las personalidades tóxicas son aquellas que no aportan nada en la vida de quienes los rodean y además contaminan el ambiente donde se desenvuelven, incluso pueden llegar a afectar el equilibrio emocional y psicológico de cualquiera.
Este tipo de gente suele convertirse en una fuente de estrés y sufrimiento.
¿Por qué se puede caer en las redes de una persona tóxica?
Existen diferentes razones, pero regularmente estas personas pueden pasar inadvertidas, sin embargo cuando se está en una etapa vulnerable o en una situación estresante se llega a desviar la atención y se pierde la facultad de generar un discernimiento claro.
¿Cómo reconocer a las personas tóxicas?
El primer paso para poner fin a este tipo de relaciones es identificar ciertas actitudes negativas que constituyen en grandes rasgos las diferentes personalidades tóxicas que existen.
- Son negativos
La mayoría de estas personas son extremadamente pesimistas y no son capaces de apreciar los aspectos positivos. Siempre se centran en los errores y problemas.
- Siempre señalan los defectos de quienes lo rodean
La línea entre la honestidad y la hipercrítica es muy sutil y se puede traspasar con facilidad. Una persona que siempre esté dispuesta a señalar los errores y que al mismo tiempo le cueste reconocer los logros, es una persona tóxica.
- Sacan de quicio
Las personas tóxicas tienden a molestar al grado de provocar en los demás emociones negativas.
- No tiene en cuenta los sentimientos de otros
Carecen de empatía y son incapaces de equilibrar sus palabras y actitudes. Su prioridad absoluta son ellos mismos
- Son manipuladores
Son egoístas y suelen recurrir al chantaje emocional, con tal de lograr su objetivo. Esta persona siempre vela por sus intereses y nunca está dispuesta a dar su brazo a torcer.
- Son generadores de dudas
Su único objetivo es sembrar dudas. Son personas que viven la vida con miedo, que regularmente no salen de su zona de confort y por consecuencia tampoco quiere que los demás lo hagan.
- Traspasan límites
Las personas tóxicas no conocen límites, no respetan los derechos, ni la intimidad de nadie. Es como si siempre estuvieran tensando la cuerda, para comprobar hasta dónde puede llegar la paciencia de aquellos que quieren dañar.
- No conocen la palabra responsabilidad
Son personas que nunca asumen su responsabilidad, viven en un eterno estado de queja donde todos son los culpables menos ellos.