Desde que asumió el cargo el presidente Xi Jinping, China se ha hecho más rica y poderosa, pero todo cambio genera una reacción, por lo que a la par de su crecimiento, se ha tenido que enfrentar a algunos cambios sociales y económicos.
Fin de la política del hijo único&
En 2015 el gobierno puso fin a su famosa política del hijo único que buscaba contener el crecimiento poblacional, lo que generó un enorme desequilibrio de género.
Matrimonios, bajan; divorcios, suben&
Ahora que es posible tener más hijos y una familia más numerosa, las cifras relacionadas a los matrimonios y los divorcios son similares a las del resto del mundo, cada vez hay menos casamientos y más divorcios.
Hombres sobrantes...
El legado de la política del hijo único seguirá siendo un problema por muchos años, inclusive existe un término para definir a hombres mayores de 30 que no están casados:
"Shengnan", hombres sobrantes.
La decreciente tasa de natalidad y el envejecimiento poblacional han puesto presión sobre el mercado laboral y, por ende, sobre el crecimiento económico.
Se estima que, aunque a partir de enero de 2016, se permitieron dos hijos por pareja, ese aumento de la natalidad recién impactará en el mercado laboral en dos décadas.
Pero el mejor estándar de vida está afectando lentamente las percepciones tradicionales de género y eso, a su vez, tendrá un efecto positivo sobre la desigualdad de género.
"Ese desequilibrio ya está cambiando". Mu Zheng, del Centro de Investigaciones sobre Familia y Población de la Universidad Nacional de Singapur
Por el momento, el desequilibrio de género sigue haciendo que a los hombres les cueste encontrar pareja.
Millennials, dueños de propiedades&
En China un gran porcentaje de los millennials son dueños de propiedades, algo muy alejado de lo que ocurre en Europa y Estados Unidos.
Los padres están haciendo todo lo que pueden para equipar a sus hijos con beneficios extras para ayudarlos a conquistar a una esposa.
Sueldos en aumento&
El sueldo promedio en China ha aumentado de forma regular, tanto en zonas urbanas como rurales, mientras el precio de la comida ha bajado en la última década, los chinos gastaron más en cosas como salud, ropa y transporte.
Casi todos tienen celulares&
En las comunicaciones ocurre lo mismo, pues los smartphones no son solo un gasto más: la app WeChat, por ejemplo, es tan usada para realizar las rutinas diarias que sería impensable la vida sin un teléfono inteligente.
Los consumidores chinos usan sus celulares para todo, desde pagar facturas de servicios o bienes en negocios, alquileres de taxis o bicicletas, transferencias de dinero y, por supuesto, para comunicarse.
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