Cremas faciales, labiales, sombras de ojos, geles de baño, lociones hidratantes, colonias y fragancias de grandes marcas internacionales son algunos de los productos de imitación que se pueden encontrar por las calles de Bangkok.
Se trata de falsificaciones que se han convertido en los artículos más solicitados de compra y venta en el mercado del fraude de marcas, desbancando del primer puesto de ese mercado ilegal a las ya tradicionales copias CD y DVD.
La cultura de adquirir ejemplares de imitación se encuentra entre los atractivos más populares de Bangkok, en donde es habitual encontrar tanto a locales como a turistas comprando cosméticos a un precio hasta tres veces inferior que lo que cuesta el original.
Por los estrechos y abarrotados pasajes a lo largo de las céntricas y muy transitadas calles de Silom y Sukhumvit de la capital tailandesa se hacinan una larga hilera de puestecillos en donde se venden sin ningún pudor copias de los géneros más diversos.
A simple vista, los artículos de imitación, y en particular los cosméticos, llegan a ser idénticos al patrón, con un envoltorio y unas etiquetas prácticamente iguales que pueden confundir con facilidad a cualquier ávido comprador.
Pese de no existir estudios sobre las efectos adversos de los productos falsificados en la piel, el médico Nopadol Noppakkun, detalló que puede dar lugar a la aparición de irritación, enrojecimiento, erupción cutánea, urticaria o picazón, siendo molestas para la persona que las sufre.
El Gobierno tailandés tomó varias medidas legislativas para frenar este negocio fraudulento, incluyendo enmiendas a la Ley de Aduanas; a pesar de estas medidas, el mercado ilegal sigue en auge.