Alexa de Amazon, cortana de Microsoft, Amy Ingram de X.ai (planificadora de citas)... o fembot (robot humanoide de aspecto femenino), todas ellas son asistentes virtuales y cumplen con tres características: atractivas, serviciales y están a tus órdenes.
Según un estudio sobre comportamiento del consumidor de la compañía Canvas 8, algunos usuarios están más interesados en "coquetear" con ellas que en buscar información. Por ejemplo, Amy Ingram ha recibido desde flores hasta bombones, parece que los usuarios no recuerdan que se trata solo de un algoritmo.
¿Por qué las asistentes son mujeres?
Un artículo publicado por la BBC cita a Ileana Stigliani, profesora en la Escuela de Negocios del Imperial College de Londres, Reino Unido, quien dice que si quienes enseñan a las computadoras a actuar como humanos son (mayoritariamente) hombres, hay una gran posibilidad de que los productos resultantes tengan un sesgo de género, es decir:
"Esto podría explicar por qué hay fembots sexualizadas con una visión del mundo que refleja las normas sociales del grupo que las creó. Por ejemplo, hombres blancos".
En esa idea coincide Noel Sharkey, docente de la Universidad de Sheffield, en Yorkshire, Reino Unido:
"Cosifica a las mujeres y perpetúa los estereotipos de género, y ninguna de estas dos cosas resulta útil a la hora de atraer a más mujeres a la industria, la cual necesita más equilibrio y diversidad".
- La publicación sostiene que la responsabilidad de este asunto también recae en las empresas tecnológicas, las cuales deberían aplicar un enfoque más neutro a los robots que construyen.
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