Luego de ser deportado de Estados Unidos desde hace 10 años, Pascual, quien es originario de Guanajuato, se quedó viviendo en Tijuana en donde dibuja la historia y belleza de México en conchas de mar, las cuales se las regalan en un restaurante.
De acuerdo con el joven, a los turistas les gustan más los dibujos de tecolotes y águilas, mientras que los mexicanos prefieren aztecas, charros o la Virgen de Guadalupe.
"A veces no vendo ninguna concha, en ocasiones vendo más de diez, las doy en 50 pesos; dibujo porque me gusta el arte, me da orgullo pintar los aztecas y las adelitas, esto para mí es la mejor forma de ganar dinero", indicó.
También dijo: "para los Estados Unidos no quiero regresar, quiero vivir libre como el mar, en el otro lado vive uno muy encerrado, aquí con las pinturas que hago en conchas puedo sostener a mi familia. Trabajo en la calle pero no causo lástima, comparto mi arte".
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