Aunque esta idea se escucha como sacada de una película de terror o una historia de vampiros, científicos aseguran que nuestra propia sangre sí puede ayudarnos a rejuvenecer.
- No se trata de beber ni de darte baños en tu propia sangre pero sí de inyectártela.
Especialistas en medicina estética descubrieron que el plasma rico en plaquetas, estimula los fibroblastos de la piel para que produzcan nuevamente colágeno y elastina.
Los expertos aseguran que por ser nuestra, no corremos riesgo de rechazarla. Sin embargo, deben revisar el historial clínico y realizar un análisis de sangre para asegurarse de que el procedimiento sí puede llevarse a cabo.
Este tratamiento rejuvenecedor toma aproximadamente una hora, se extrae sangre del brazo, se separan las células del plasma, se limpia y desinfecta la zona a tratar y se aplica con una aguja muy fina en la parte que quieras embellecer.
También aseguran que puede combatir manchas, acné, estrías, cicatrices y hasta calvicie. Pero este tratamiento no puede realizarse las veces que se deseé, recomiendan aplicarlo 2 o 3 veces al año y esto depende de cada paciente.