A diferencia de lo que ocurre en México, en Estados Unidos los participantes de las elecciones en 2016, realizaron su ejercicio democrático en buenos términos y por ello consiguieron hacer respetar su civilidad.
Nuestro analista Luis Rubio, reflexiona sobre los frenos que no dejan a México ser un país civilizado por el simple hecho de violar las "reglas del juego".