Tu trabajo requiere de estar todo el día en la computadora, además te comunicas con tus amigos por celular y por si esto no fuera poco, cuando llegas a casa todavía enciendes tu tablet para ver alguna serie. Si te identificas con este estilo de vida, tal vez podrías ser víctima de tecnoestrés.
El también llamado Síndrome de Fatiga Informativa es un término que apareció en 1996. Sin embargo, este padecimiento no deja de incrementar,pues ahora más que nunca, estar conectados se ha convertido en una necesidad.
Juana Patlán, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, asegura que este trastorno prolifera entre los jóvenes. Los síntomas más frecuentes son falta de concentración, dolores de espalda, brazos y ojos, trastornos del sueño, nerviosismo y ansiedad.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo de España, el tecnoestrés se divide en tres tipos:
- Tecnoadicción:
Se presenta como una obsesión por estar conectados e informados en todo momento.
- Tecnofatiga:
Consiste en el cansancio por el uso de las nuevas tecnologías y la incapacidad para asimilar tanta información.
- Tecnoansiedad:
Sensación negativa y de tensión por el uso de la tecnología.
Para que este mal no afecte tu vida, los expertos recomiendan utilizar los dispositivos electrónicos sólo para lo necesario y siempre dar prioridad a la comunicación cara a cara.