No sólo el lobo gigante, 6 animales que podrían volver de la extinción: ¿también los dinosaurios?

La empresa Colossal Biosciences regresó al lobo gigante de la extinción gracias a la ingeniería genética y Live Science, portal especializado en temas científicos, aseguró que otras seis especies extintas podrían volver a la vida gracias a la tecnología moderna.
Los 6 animales que podrían volver a la vida
Empresas y científicos especializados en desextinción se encuentran analizando las opciones disponibles para regresar de la extinción a seis especies, de acuerdo con el portal científico. Éstos son:
1. Mamut lanudo
Los mamuts lanudos (Mammuthus primigenius) vivieron entre 300 y 10 mil años atrás, aunque una población aislada sobrevivió en la isla de Wrangel hasta hace aproximadamente 4 mil años.
“La población principal vagaba por la tundra que se extendía por las actuales Asia, Europa y Norteamérica. Un cambio climático al final de la glaciación, junto con la caza humana y la disminución de la diversidad genética de la población, pudo haber llevado a los mamuts lanudos a la extinción”.
Live Science

El permafrost del Ártico preservó los cadáveres de mamuts lanudos incluyendo la estructura tridimensional de su genoma, por lo que se puede extraer su ADN bien conservado y ensamblar una secuencia genética similar a la de los animales originales.
Esto permitiría realizar una transferencia nuclear con un óvulo de elefante moderno para dar origen a una especie similar al mamut lanudo. Colossal Biosciences, especializada en desextinción, afirma que producirá sus primeras crías de mamut para 2028.
- Recientemente investigadores de la empresa de biotecnología Colossal crearon unos “ratones lanudos”, que emulan las características propias de los extintos mamuts lanudos que vivieron durante la última edad de hielo.
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2. Dodo
El dodo (Raphus cucullatus) era un ave grande no voladora, endémica de Mauricio, isla cercana a Madagascar. Se extinguió en el siglo XVII por la colonización europea, según Live Science.
Los colonizadores llegaron en 1598, trayendo especies invasoras como ratas, gatos o monos, los cuales saquearon los nidos de dodo, despojándolos de sus huevos y polluelos, reduciendo la población de dodos en unas décadas.

Finalmente, la depredación provocó la extinción de la especie en 1681. Actualmente, el ADN del dodo sobrevive en especímenes de museos de historia natural, según Live Science, al grado que en 2022 se ensambló el primer genoma de esta especie.
Los científicos utilizaron un espécimen excepcionalmente conservado que permanece en una colección de Dinamarca, pero aún se busca incorporar diversidad genética en la secuencia de ADN del dodo para evitar que se convierta en una población de clones, según Ben Lamm, CEO de Colossal Biosciences.
No obstante, aseguró que es mucho más rápido y sencillo gestar un dodo que un mamut lanudo, pues el ADN del ave se encuentra en un huevo.
3. Lobo de Tasmania
El lobo de Tasmania o tilacino (Thylacinus cynocephalus) fue un marsupial carnívoro parecido al lobo pero con rayas en la parte baja de la espalda y que prosperaba en lo que hoy es Australia. La especie desapareció hace 3 mil o 2 mil años, aunque una población persistió en Tasmania.
A finales del siglo XIX, los primeros colonos europeos en Tasmania introdujeron esta especie y depredaron el ganado. Las matanzas al respecto llevaron a los tilacinos a extinguirse; el último ejemplar murió en un zoológico en 1936.

El lobo de Tasmania es un candidato para la desextinción, debido a que existen múltiples especímenes intactos de los que se puede extraer ADN, según Andrew Pask, profesor de genética en Australia.
“Todos los museos importantes querían uno en su colección, así que hay cientos de ejemplares en todo el mundo, y algunos están excepcionalmente conservados”, dijo Pask, quien trabaja con Colossal Biosciences en la desextinción.
El principal obstáculo es que el ADN de esta especie está fragmentado, por lo que se requiere mucha edición para obtener una secuencia funcional. Pask y su equipo secuenciaron el genoma completo en 2017 y, en 2024, investigadores extranjeron ARN de un espécimen
“Aún quedan muchos más desafíos por superar antes de que nazca una cría de tilacino o lobo de Tasmania“, remató Andrew Pask.
4. Paloma migratoria
La paloma migratoria (Ectopistes migratorius) fue la especie de ave más abundante de Norteamérica antes del siglo XVII, según el Instituto Smithsoniano; sin embargo, se extinguió por la cacería excesiva y la destrucción de su hábitat por parte de los colonos europeos, de acuerdo con Live Science.
Cabe destacar que su naturaleza de viajar en grandes bandadas y reproducirse en comunidad las hizo particularmente vulnerables y la última paloma migratoria, conocida como Martha, murió en 1914.
Existen especímenes disecados en museos, de los cuales se ha extraído y secuenciado ADN; sin embargo, está fragmentado, dificultando la recuperación de la especie en su forma original.
La empresa de biotecnología Revive & Restore ha propuesto introducir fragmentos de ADN de paloma migratoria en el genoma de las palomas de cola anillada modernas. El objetivo es crear aves similares a la especie extinta.
La empresa planea que la primera generación de estas aves nazca en 2025, seguida de liberaciones de prueba en la naturaleza.El proyecto busca restaurar la ecología de los bosques orientales de Norteamérica y revertir el impacto de la extinción causada por el ser humano.
5. Uro
El uro (Bos primigenius) fue un ancestro salvaje del ganado moderno, un mamífero gigante que habitó extensas regiones de Europa, Asia y África. Su existencia se remonta a unos 700 mil años, y fue el mamífero terrestre más grande de Europa después de la última glaciación.
La extinción del uro fue causada por la caza excesiva y la destrucción de su hábitat por parte de los humanos. El último uro conocido murió en 1627 en Polonia.
A diferencia de otros proyectos de desextinción, la recuperación del uro no requiere ingeniería genética, ya que gran parte de su ADN persiste en las razas de ganado modernas.
El método utilizado es el retrocruzamiento, que consiste en seleccionar y criar vacas con características similares al uro. Se utilizan principalmente razas del sur de Europa que viven en condiciones relativamente salvajes.
El proyecto, liderado por la Fundación Taurus en los Países Bajos, ha avanzado significativamente, logrando varias generaciones de vacas con rasgos cercanos al uro. Se espera que pronto se obtenga un ejemplar muy similar al uro original.
6. Quagga
La quagga (Equus quagga quagga) fue una subespecie extinta de la cebra de llanura, caracterizada por tener menos rayas en la parte trasera de su cuerpo. Originaria de Sudáfrica, fue cazada hasta su extinción en el siglo XIX, con la última quagga muriendo en cautiverio en 1883.
La caza excesiva, tanto por sus pieles únicas como por la competencia con el ganado, fue la principal causa de su desaparición. Hoy en día, sólo existen siete esqueletos de quagga, lo que los convierte en especímenes extremadamente raros.
A diferencia de la clonación, el Proyecto Quagga en Sudáfrica ha optado por la cría selectiva de cebras de llanura con menos rayas. El objetivo es recuperar los genes responsables del patrón de rayas característico de la quagga.
Algunos críticos argumentan que el animal resultante seguirá siendo una cebra de llanura y que los recursos deberían destinarse a otros esfuerzos de conservación.
Una alternativa propuesta es la clonación, que implicaría extraer ADN de muestras de quagga conservadas e inyectarlo en óvulos de cebra. Esta opción podría ofrecer una forma más precisa de recuperar la quagga.
¿Qué pasa con los dinosaurios?
A través de sus redes sociales, la empresa Colossal Biosciences respondió a un usuario diciendo que regresar a los dinosaurios de la extinción no es posible, sin ofrecer explicaciones.
Además, la propia compañía aseguró que el hallazgo del lobo gigante “no es Jurassic Park“; sin embargo, reconoció que marca el inicio de una nueva era en la biodiversidad y la restauración ecológica.
Desentrañando el misterio de la desextinción
La desextinción comienza con muestras de ADN de las especies extintas, a veces con el genoma completo y en otras ocasiones al fusionar genes de la especie extinta con el genoma de un animal vivo estrechamente relacionado, según Live Science.
“Posteriormente, en un proceso conocido como transferencia nuclear, los investigadores implantan esta secuencia en un óvulo de la misma especie viva relacionada”.
Live Science
El animal resultante es genéticamente similar al extinto. Los científicos ya han resucitado al menos tres especies extintas.
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El lobo gigante y otros animales que han vuelto de la extinción
En abril de 2025, científicos de Colossal Biosciences anunciaron el nacimiento de tres crías de lobo gigante o “lobo terrible” (Aenocyon dirus) con ayuda de la ingeniería genética.
Esta especie de lobo vivió durante la última glaciación y se extinguieron hace más de 10 mil años, de acuerdo con el recuento de Live Science.
En 2021, un equipo logró recuperar ADN de lobos gigantes extintos hace 13 mil años. Colossal fue más allá: editó 20 genes del lobo gris para replicar características esenciales del lobo gigante, y creó embriones que implantaron en madres sustitutas caninas.
En 2013, un equipo de científicos creó embriones de rana incubadora gástrica del sur (Rheobatrachus silus) mediante transferencia nuclear.
Esta especie de rana acuática endémica de Australia que paría por la boca se extinguió en la década de 1980 debido a la propagación de una enfermedad fúngica.
Cabe destacar que, aunque la transferencia nuclear logró crear células que se dividían y replicaban, ninguno de los embriones se convirtió en renacuajo, poniendo fin al experimento.
En 2003, investigadores españoles realizaron una transferencia nuclear de una subespecie de cabra montés de los Pirineos llamada bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica), extinta en el año 2000.
Nació una cría de bucardo que murió pocos minutos después debido a un defecto pulmonar.




