¡Alerta! La contaminación por mercurio sigue creciendo en el Ártico

| 12:44 | Georgina Becerril | Europa Press
¡Alerta! La contaminación por mercurio sigue creciendo en el Ártico
La contaminación por mercurio sigue creciendo en el Ártico, alerta estudio.

Una nueva investigación de las universidades de Aarhus y Copenhague reveló que las corrientes oceánicas se han convertido en una fuente importante de contaminación por mercurio en el Ártico, a pesar de la reducción global de emisiones desde la década de 1970, según el estudio publicado en Nature Communications.

Los científicos constataron que los niveles de mercurio en la fauna ártica continúan aumentando, lo que plantea un riesgo serio tanto para los ecosistemas como para la salud humana en la región.

El mercurio persiste siglos en los océanos

El profesor Rune Dietz, de la Universidad de Aarhus, explicó que llevan más de 40 años monitoreando esta situación: “No observamos una disminución en las concentraciones de mercurio en el Ártico; al contrario“.

Esto se debe a que, si bien el mercurio atmosférico dura alrededor de un año en el aire, una vez que entra al océano puede persistir por más de 300 años. Esta larga permanencia explica por qué la fauna del Ártico sigue afectada incluso cuando las emisiones globales han disminuido.

La huella del mercurio en osos, focas y peces

El equipo analizó más de 700 muestras ambientales de Groenlandia, incluyendo tejidos de osos polares, focas, peces y turba. Estudiaron la composición de seis isótopos comunes de mercurio para identificar su origen.

Estas firmas isotópicas actúan como huellas dactilares“, detalló el investigador Jens Sandergaard, también de la Universidad de Aarhus. Las diferencias regionales en los isótopos coincidieron con los patrones de corrientes oceánicas, como la influencia del Atlántico en el centro-oeste de Groenlandia a través de la corriente de Irminger.

Alerta para la salud animal y humana

Las concentraciones de mercurio en depredadores árticos como los osos polares y las ballenas dentadas son actualmente 20 a 30 veces más altas que antes de la industrialización. Esto representa un grave riesgo para la fauna y también para las comunidades indígenas que dependen de estos animales para su alimentación.

“El mercurio afecta el sistema inmunitario, la reproducción y posiblemente las funciones sensoriales“, advirtió el profesor Christian Sonne, coautor del estudio.

Implicaciones para el Convenio de Minamata

Este hallazgo podría explicar por qué, pese a los esfuerzos del Convenio de Minamata sobre el Mercurio de la ONU para reducir la contaminación global, los niveles en el Ártico no han bajado.

El transporte de mercurio desde fuentes como China hasta Groenlandia puede tardar hasta 150 años“, señaló Rune Dietz. Es decir, aunque se reduzcan las emisiones ahora, los efectos podrían prolongarse durante siglos debido a la contaminación heredada que viaja a través de los océanos.