Los tres glaciares que quedan en México podrían desaparecer en 5 años, incluyendo al Popocatépetl: UNAM
Los tres glaciares que quedan en México podrían desaparecer en los próximos cinco años, estos son los correspondientes al Citlaltépetl, Iztaccíhuatl y Popocatépetl, de acuerdo con Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La razón de que los tres glaciares restantes del territorio mexicano podrían desaparecer de cara al 2030 es porque el Pico de Orizaba “parece estar en franco despertar”, según un artículo de la UNAM publicado este martes.
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¿Qué está pasando con los glaciares de México?
La desaparición del glaciar del Popocatépetl se debe a la combinación del aumento de la temperatura y la entrada en erupción del volcán, dijo Granados en la mesa de trabajo “Glaciares, cambio climático y gestión local de caudales hídricos”, organizada por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoUS) de la UNAM.
Por su parte, el Citlaltépetl está por arriba de la línea de equilibrio, de 5 mil 300 metros; sin embargo, en imágenes recientes de la estructura aparece el basamento rocoso y se ha visto la reducción en la masa congelada del sitio.
- Las mediciones indican que, en los últimos cinco años, se ha perdido el 20% del tamaño del glaciar, lo que significa que está en extinción, de acuerdo con el especialista de la UNAM.
El vulcanólogo manifestó que las estructuras de hielo del Iztaccíhuatl se niegan a morir, pues están protegidas por las estructuras volcánicas y apenas sobreviven.
Hugo Delgado Granados remató que los indicios de incremento de la actividad del Pico de Orizaba se suma a los eventos que propician la pérdida de la masa de hielo acumulada.
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El cambio climático también impacta a este fenómeno
Una parte del proceso de pérdida de los glaciares es el cambio climático, sobre todo porque en los próximos años, el planeta estará por arriba del límite de temperatura establecido por científicos, según Francisco Estrada Porrúa, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM.
- En 2024 se rebasó el umbral crítico de 1.5 grados centígrados que se había establecido en el acuerdo de París, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En el caso de México, la anomalía del año pasado fue de 2.14 grados con respecto al periodo preindustrial, de acuerdo con la máxima casa de estudios de Latinoamérica.
Es decir, el panorama es aún más crítico para México, esto debido a que el año pasado, el territorio nacional se calentó más y a mayor velocidad que el promedio mundial, dijo Estrada Porrúa en enero de este año.
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¿Cuáles son las consecuencias de la pérdida de glaciares?
La conservación de los glaciares en México ha dejado de ser viable; sin embargo, su desaparición afecta al aporte de agua de fusión al sistema hidrológico regional, mencionó Hugo Delgado Granados en la mesa de trabajo de la UNAM.
“La disminución del vital líquido que proporcionan afecta al clima local, la agricultura y disponibilidad de este recurso para consumo humano, razón por la cual debemos planear las medidas de adaptabilidad a las nuevas condiciones”.
Hugo Delgado Granados
La UNAM también advirtió que esto tiene un alto costo para las naciones con respecto a su Producto Interno Bruto (PIB) y el sector más afectado de México será el corredor industrial.
El 67.8% del agua consumida se destina al sector agropecuario y el 14.7% al público-urbano y doméstico, según datos de la Comisión Nacional del Agua ofrecidos por Sophie Ávila Foucat, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas.
Además, la desaparición de los glaciares mexicanos relaciona a diversos actores en gestión ambiental y del uso del suelo, según el estudio “Gestión colaborativa de los servicios ecosistémicos hidrológicos: un análisis de redes sociales multinivel de una cuenca hidrográfica mexicana”.
Dicha investigación, publicada en la revista Environmental Management, reveló que las redes de gestión ambiental, como CONAGUA y gobiernos municipales, así como las redes de gestión del uso de suelo son diversas y policéntricas, mientras que las ONG han desempeñado un “papel influyente”.
“En contraste, la red de aprovechamiento físico está centralizada y dominada por actores gubernamentales”, según los resultados del estudio.
Ávila Foucat remató: “Sigue habiendo un problema de acceso al agua en las zonas rurales, los servicios ecosistémicos hidrológicos deben retomarse y el papel de las comunidades tiene que ser más importante de lo que ocurre ahora para una buena gobernanza”.
