Nace el “bebé más viejo del mundo”, producto de un embrión congelado por 30 años

| 12:02 | Alfredo Narváez | MIT Technology Review
"Bebé récord" nace a partir de un embrión de más de 30 años
“Bebé récord” nace a partir de un embrión de más de 30 años | Foto: Pixabay

El 26 de julio nació en Ohio, Estados Unidos (EE.UU.), Thaddeus Daniel Pierce, considerado el “bebé más viejo del mundo” al desarrollarse a partir de un embrión que permaneció congelado por más de 30 años y medio, según informó la agencia Nightlight Christian Adoptions, especializada en adopción de embriones, al MIT Technology Review.

Fue un parto difícil, pero ahora ambos estamos bien”, dijo Lindsey Pierce, la madre del bebé, a medios locales. “¡Estamos maravillados de tener a este precioso bebé!”. Lindsey y su esposo, Tim, adoptaron el embrión creado en 1994 por una mujer de Oregón que llevaba décadas conservándolo con la esperanza de darles una oportunidad de vida.

¿Cómo nació el bebé “más viejo” del mundo?

Thaddeus no es sólo un bebé milagro para sus padres, también lo es para la ciencia. El embrión del que nació fue creado en mayo de 1994 mediante fecundación in vitro (FIV), un procedimiento que en ese entonces aún era poco conocido.

La donante del embrión, Linda Archerd, ahora de 62 años, había intentado durante años concebir sin éxito.

Finalmente logró tener una hija con uno de los cuatro embriones que se generaron, y los otros tres fueron criopreservados en un tanque de nitrógeno líquido. Treinta años después, uno de esos embriones daría vida a Thaddeus.

“Mis tres pequeñas esperanzas”

Linda Archerd conservó los embriones con cariño, a pesar del alto costo del almacenamiento, de más de mil dólares al año. “Siempre los llamé mis tres pequeñas esperanzas”, relató.

Aunque quiso usarlos más adelante, su situación cambió tras su divorcio y la llegada de la menopausia.

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No quiso desecharlos ni donarlos de forma anónima. Fue así como conoció el programa Snowflakes, de Nightlight Christian Adoptions, una agencia cristiana que promueve la adopción de embriones con un enfoque ético y personalizado.

Ahí comenzó la búsqueda de una familia receptora adecuada.

La pareja de Ohio que cumplió el sueño

Lindsey y Tim Pierce, de London, Ohio, llevaban siete años intentando tener un hijo. Luego de varios intentos fallidos, encontraron el programa Copos de Nieve y se inscribieron sin restricciones en la categoría Corazones Abiertos, destinada a embriones difíciles de asignar.

A ellos les fueron asignados los embriones de Archerd. “Pensábamos que era una locura”, dijo Lindsey. “No sabíamos que congelaban embriones hacía tanto tiempo”.

La clínica que aceptó hacer el procedimiento fue Rejoice Fertility en Knoxville, Tennessee, dirigida por el doctor John Gordon, un especialista en fertilidad que apuesta por darles una oportunidad a todos los embriones, sin importar su antigüedad.

Descongelar un embrión de hace tres décadas: un reto

Descongelar un embrión almacenado desde los años 90 no fue fácil. La embrióloga Sarah Atkinson explicó que en aquella época se usaban métodos y materiales hoy considerados anticuados, como viales de vidrio termosellado.

El proceso puede ser engorroso y peligroso”, dijo. En uno de los intentos de recuperación, un fragmento de vidrio voló y le cortó la mejilla. Aun así, los tres embriones sobrevivieron la descongelación. De ellos, uno se convirtió en el bebé Thaddeus.

Hermanos separados por décadas

El nacimiento de Thaddeus causó una profunda emoción en Archerd, quien señaló que el recién nacido se parece mucho a su hija biológica, ahora de 30 años y madre de una niña de 10. “No hay duda de que son hermanos”, dijo tras comparar fotos de ambos como bebés.

Aunque aún no se conocen en persona, Archerd espera poder encontrarse algún día con la familia Pierce. “Sería un sueño hecho realidad”, afirmó.

¿Qué es la adopción de embriones?

La adopción de embriones es una alternativa para familias que no pueden tener hijos biológicos. A diferencia de la donación anónima, este modelo permite que los donantes y receptores establezcan contacto, lo que lo hace especialmente atractivo para personas con creencias religiosas.

Aunque no es una práctica común, programas como Snowflakes han crecido en Estados Unidos, a pesar de que muchas clínicas se rehúsan a trabajar con embriones antiguos por el riesgo de fallos.

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