Plátano azul: ¿qué es esta nueva variante frutal de Canarias que sabe a vainilla?

plátano azul
Se trata de una variante híbrida. | Foto: Facebook/ViveroLaCosma.

Una nueva variedad de frutal está acaparando la atención: los plátanos azules. Y es que, su singular color y su sabor “vainilla” son actualmente el producto más emblemático de la zona de Las Canarias en España.

Este “novedoso” plátano azul pertenece a la variante “musa blue java” y hasta ahora existen 80 plantas en el suelo volcánico insular de España; las cuales son cultivadas por el agricultor Eduardo León, según informó el diario europeo, El Español.

Pero, ¿qué son los plátanos azules y por qué son de ese color?

Los plátanos azules que se cultivan en Las Canarias son una fruta originaria del sudeste asiático. Sin embargo, su cultivo, que es igual al de cualquier otra variedad de plátano, se extiende a sitios como Hawái, Filipinas y Centroamérica.

Se trata de un híbrido del plátano malayo o Musa acuminata y el plátano rosado o Musa balbisiana del grupo genético ABB, motivo por el cual adquiere su característico color azul.

El color corresponde al recubrimiento de las ceras naturales que tiene el fruto en su cáscara cuando no está maduro. Pero a medida que la penca madura el color azul verdoso desaparece. Además, de que, por dentro, el plátano no es azul, sino amarillo pálido, casi blanco.

Por tanto, esto no significa que el plátano azul sea un producto de ingeniería genética, sino que es otra variedad que no se había cultivado en España.

Otra diferenciación de esta variedad de plátanos respecto a otras es que, tanto las pencas como los frutos, suelen ser más pequeños que los de plátanos amarillos. Una penca de plátano azul oscila entre los 20 y 30 kilogramos, mientras que una ordinaria pesa entre 36 y 37 kilogramos y un plátano puede medir entre 16 y 17 centímetros, a diferencia de uno amarillo que puede alcanzar hasta los 23 centímetros.

Según sus productores y quienes lo han probado, los plátanos azules tienen un ligero sabor a “vainilla” y su textura es “aterciopelada” y menos tersa que la de los plátanos comunes.

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