¿Por qué las sequías pueden causar graves inundaciones?

La solución a las sequías no son las lluvias. De hecho, las lluvias torrenciales como las que azotaron a la Ciudad de México este domingo por la tarde noche pueden ser muy peligrosas, debido a un fenómeno conocido como: hidrofobicidad.
La hidrofobicidad puede causar, entre otras consecuencias, graves inundaciones y escasez de agua potable debido a la incapacidad del suelo de absorber el agua, y puede deberse tanto a las sequías, como a otros fenómenos como la deforestación, los incendios forestales y la huella humana, indica la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Zihuatanejo.
Las sequías también provocan inundaciones, ¿por qué?
Cuando se presentan sequías extremas y o prolongadas el suelo tiende a perder porosidad debido a que la composición de la tierra se ve afectada por la falta de humedad y el exceso de calor en el ambiente. Al haber menos porosidad en el suelo, el agua ya no puede ser absorbida, y por tanto se queda en la superficie, lo que por consecuencia puede causar inundaciones. A este fenómeno se le conoce como: hidrofobicidad.
La hidrofobicidad en el suelo puede entenderse como que la tierra se ha vuelto “impermeable”, y por tanto no puede filtrar el agua. Según el doctor Alfonso García Márquez, académico de la Facultad de Química de la UNAM, esto ocurre debido a que los minerales que componen la tierra pierden su capacidad de mezclarse con el agua y por lo tanto de absorberla.
Sin embargo, el hecho de que esto ocurra significa que hubo “un cambio brusco en la composición de la tierra” que le ha llevado a perder sus capacidades naturales indicó el experto.
“Lo que pasa cuando la tierra se seca demasiado, es que se comienza a compactar y entonces el agua ya no va a pasar”, explicó el académico a Unotv.com durante una entrevista vía remota.
Para entender mejor el porqué el agua ya no es absorbida por la tierra, García Márquez lo explica con un ejemplo muy ilustrativo:
“La imagen típica del desierto o cuando hay una sequía es la del suelo todo agrietado, ahí lo que sucede es que el suelo se contrae. Se empieza a contraer hasta que se empieza a separar en pedazos, pero si yo vuelvo a unir estos pedazos yo hago algo más compacto y aquí seguramente el agua ya no va a poder pasar y entonces estamos haciendo que esto llegue a punto seco extremo”.
Pero no es la única razón, de acuerdo con García Márquez, el suelo también puede volverse hidrofóbico si está contaminado por algún químico como el petróleo, o bien, si las condiciones naturales del suelo presentan muy poca porosidad, como aquellos compuestos por rocas.
En las ciudades el problema es peor
Los estragos del fenómeno de la hidrofobicidad en las zonas urbanas son más evidentes en cuanto a las inundaciones. Y es que, según el experto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el asfalto evita la filtración de agua al subsuelo y los mantos freáticos se recarguen.
“Lo que pasa con estos mantos freáticos si nosotros los tapamos o evitamos que haya porosidad en el suelo es que el agua no va a regresar a ellos […] por tener una superficie hidrofóbica encima de los suelos como es el asfalto que está hecho de chapopote y éste es un derivado del petróleo que es un material hidrofóbico”, explicó García Márquez.
“Si nosotros tenemos una cantidad importante de calles asfaltadas es como si nosotros tuviéramos un impermeable encima del suelo poroso por donde el agua llega a los mantos freáticos” dijo el académico.
Al no filtrarse el agua, esta quedará estancanda provocando inundaciones, ya que las únicas salidas del agua serán el drenaje y la evaporación paulatina del agua.
“Si uno empieza a construir en zonas donde hay mucha foresta o vegetación lo que va a suceder es que esa agua nunca va a llegar a los mantos freáticos y es una de las muchas razones por las que empieza a haber este calentamiento global”.
Alfonso García Márquez, académico de la Facultad de Química de la UNAM
El cambio climático potencializa las sequías e inundaciones
Al cuestionar al experto sobre el papel que juega el cambio climático en la hidrofobicidad del suelo y su consecuencia de las inundaciones, éste dijo a la multiplataforma de Unotv.com que, “al estar sometidos a calores extremos lo que va a pasar es que va a llegar un punto en el que saco de equilibrio la tierra”.
“Tenemos variaciones de 30 grados en un sólo día, en varias partes del mundo, entonces no hay ambiente que quede en equilibrio después de este tipo de cosas, y entonces lo que pasa es que se afecta la composición de los suelos y por lo mismo afecta sus capacidades de absorción de líquido”.
Alfonso García Márquez, académico de la Facultad de Química de la UNAM
Las inundaciones no son la única consecuencia
El experto fue enfático en señalar que las inundaciones no son la única consecuencia de que el suelo se vea afectado por las sequías, pues aseguró que la falta de agua también es una de ellas, pues el ciclo hidrológico no se puede cumplir.
Y es que, al no filtrarse el agua, “los mantos freáticos no se pueden recargar, y por tanto no se puede cultivar y la fauna se ve afectada”, explicó el universitario.
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