¿Por qué no son tan comunes los sismos fuertes en Nuevo León?

| 13:28 | Eduardo Ayala | Uno TV
Un temblor de 4.5 grados sorprendió a Nuevo León y la pregunta que surge es: ¿por qué tiembla en una zona que se considera estable?
La pregunta es ¿por qué tiembla en una zona que se considera estable?.

Un temblor de 4.5 grados sorprendió a Monterrey y más de 20 municipios del estado este domingo 11 de mayo, dejando una pregunta en el aire: ¿por qué tiembla en una zona considerada estable?

Aunque el movimiento telúrico no provocó daños materiales ni personas lesionadas, su inusual aparición despertó dudas sobre la actividad sísmica en el norte del país, particularmente en Nuevo León, una región que históricamente no figura entre las más sísmicas del país.

¿Qué tan estable es el suelo de Nuevo León?

A diferencia de estados del centro y sur de México, como Oaxaca, Guerrero y Chiapas, donde los sismos son frecuentes y muchas veces devastadores, Nuevo León se asienta sobre una región tectónicamente más estable. 

En particular, Monterrey está ubicado sobre la Placa Norteamericana, en una subregión conocida como la Provincia Cuenca de Sabinas, una zona que rara vez registra movimientos sísmicos intensos.

Sin embargo, eso no significa que el estado esté completamente exento de temblores. De acuerdo con el Atlas Nacional de Riesgos, Monterrey se encuentra en una zona de amenaza sísmica moderada. Esto implica que, aunque los sismos son poco frecuentes, pueden ocurrir de forma esporádica con magnitudes bajas a moderadas, como el evento reciente.

Zona sísmica A: ¿sin temblores?

Para fines de diseño antisísmico, México se divide en cuatro zonas sísmicas: A, B, C y D. Según la clasificación del Servicio Sismológico Nacional (SSN), Nuevo León se encuentra en la zona A, la más estable de todas. En ella, no se han registrado grandes sismos en los últimos 80 años y se espera que la aceleración del suelo por un temblor no supere el 10% de la gravedad.

No obstante, la baja probabilidad no es sinónimo de imposibilidad. Eventos como el sismo del domingo, cuyo epicentro fue en Montemorelos a solo 5 kilómetros de profundidad, demuestran que la actividad sísmica, aunque leve, puede manifestarse sin previo aviso.

Desde 2006, la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL lleva un registro más detallado de los movimientos telúricos en el estado. Años como 2012 y 2013 fueron particularmente activos, con más de 150 temblores documentados, muchos de ellos tan leves que pasaron desapercibidos para la mayoría de la población.

La razón detrás de estos movimientos se encuentra en una serie de fallas geológicas que cruzan el subsuelo del área metropolitana y otras regiones del estado. Aunque muchas de estas fallas se consideran antiguas e inactivas, aún pueden liberar energía de forma localizada. Entre las más conocidas están:

  • Falla San Pedro
  • Falla Huasteca
  • Falla Candela
  • Falla de San Juan, cercana a Montemorelos

Estas fallas no están en fricción constante como las fallas activas del sur del país, pero pequeños ajustes tectónicos pueden provocar sismos menores, como el que se sintió recientemente.

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